Vuelan las palomas
Buenos Aires, 1931. Ignacio está obligado a salir de la Argentina porque ha desertado del Ejército. Es el primer paso de una larga búsqueda: luego de quemar el uniforme del que sólo conserva los botines Patria, se refugia en el Uruguay, y escapa en barco hacia Barcelona, oculto bajo una identidad precaria.
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Allí conocerá personas comprometidas a fondo en las confrontaciones sociales de la época y se verá involucrado en sus luchas durante los dramáticos años de la Guerra Civil Española.
El triunfo de los franquistas lo forzará a lanzarse hacia adelante. A partir de aquí la historia de este joven se abre en una trama que entreteje los enfrentamientos políticos de Europa y América Latina con los destinos personales de sus protagonistas. En cada uno de los lugares donde Ignacio vaya recalando se verá enfrentado a sus propias dudas y a la misma demanda de sus protectores y compañeros, que le reclaman un mayor compromiso con la causa. La clave que explica tan elusiva actitud se esconde en uno de los pliegues más dolorosos de su juventud.
Con maestría y sensibiliciad estética, Carlos Gorostiza ha construido para sus personajes un mundo complejo que va desde el golpe de Uriburu y la crisis del 30 hasta el retorno de la democracia en 1983. El autor, en una magistral demostración del manejo del tiempo y el espacio, consigue mantener hasta la última página el suspenso sobre el destino de aquella búsqueda vital.
Vuelan las palomas mereció el Premio Planeta (Argentina) 1999, cuyo jurado integraron Abelardo Castillo, María Esther de Miguel y Eduardo Gudiño Kieffer.
Acerca del autor
El nombre de Carlos Gorostiza está unido a los ámbitos del teatro y de la narrativa. Su labor se inicia cuando, en 1949, estrena El puente, pieza fundacional de la moderna dramaturgia argentina. A partir de entonces dio a conocer obras que ya son clásicos en la producción teatral contemporánea: El pan de la locura (1958), Los prójimos (1966), ¿A qué jugamos? (1968), El lugar (1970), Los hermanos queridos (1978), El acompañamiento (1981), Hay que apagar el fuego (1982), Matar el tiempo (1982), Aeroplanos (1992), El patio de atrás (1994) y A propósito del tiempo (1997).
Durante las décadas del 40 y del 50 fue uno de los animadores del Teatro Independiente, y fue uno de los principales responsables del Teatro Abierto en la versión inaugural de 1981.
En 1976 publicó Los cuartos oscuros, que recibió el Primer Premio Nacional de Novela; en 1981, Cuerpos presentes (relatos), y en 1988, El basural (novela breve).
La producción de Carlos Gorostiza, conocida en el mundo entero a través de traducciones al inglés, portugués, francés, italiano, alemán, finlandés y ruso, se hizo acreedora a innumerables distinciones: Primer Premio Municipal de Teatro (1959), Primer Premio Nacional de Teatro(1966), Primer Premio Municipal de Novela (1976), Gran Premio de Honor de Argentores (1982), entre muchas otras. Además, fue distinguido por el gobierno de Francia con la orden de "Commandeur de l'ordre des arts et des lettres", y por el gobierno de Venezuela, con la "Orden al Mérito", por su participación en el desarrollo del teatro.
Desde 1983 hasta 1986 fue secretario de Cultura de la Nación del gobierno de Raúl Alfonsín.
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«Con maestría y sensibiliciad estética, Carlos Gorostiza ha construido para sus personajes un mundo complejo que va desde el golpe de Uriburu y la crisis del 30 hasta el retorno de la democracia en 1983. El autor, en una magistral demostración del manejo del tiempo y el espacio, consigue mantener hasta la última página el suspenso sobre el destino de aquella búsqueda vital.»
Ficha Técnica
© 1999 Editorial Planeta.