por Miguel López Egures

Cuando el sol se oculta y las últimas luces nos iluminan es normal que nos dispongamos a dar por concluida la jornada fotográfica. Pero la noche le proporciona al fotógrafo infinitas posibilidades para captar imágenes que merezcan la pena.

Los temas son muy variados: las luces de la ciudad, vehículos en movimiento, la lluvia, etc.

El impacto de las fotografías nocturnas aumenta cuando se incluyen en ellas superficies de agua, ya que esta actúa como una gran superficie reflectante, rellenando zonas de sombras y destacando áreas oscuras, como el asfalto de las calles. Los ríos o el mar se transforman por la noche en extensiones llenas de reflejos, así como las aceras mojadas duplican la cantidad de luz, aumentando y poniendo en detalle lugares que en otras condiciones quedarían oscuros.

"uno de los factores importantes a la hora de realizar una fotografía nocturna es el tiempo de exposición..."

Los diferentes tipos de focos utilizados en la iluminación de las ciudades pueden producir diferentes efectos de color, si se utiliza una película equilibrada para la luz del día. Recordar que los focos de sodio, tungsteno y cuarzo nos dan tonos anaranjados; los de mercurio o los fluorescentes ofrecen tonos más fríos, que van desde el blanco hasta los tonos verdosos.

Si queremos reproducir estas luces tal cual como se ven, debemos utilizar película equilibrada para luz artificial, o tambi‚n es válido el uso de filtros correctores de color.

Otro factor importante para la fotografía nocturna es el tiempo de exposición; la escasa luz nos obliga a manejarnos con largas exposiciones que pueden llegar, como en el caso de fotografías con luz de luna, hasta dos horas.

Al emplear tiempos tan largos de exposición, la película se encuentra fuera de registro alterándose colores, por el fallo de la ley de reciprocidad. Esta alteración de colores sólo se puede controlar haciendo muchas pruebas, y nos puede servir de mucho provecho para darles un toque personal a nuestras fotografías.