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En un país como el Uruguay, con una historia de pocos cientos de años,
se hace imperiosa la necesidad de que la gente reconozca y valore
su pasado, enorgulleciéndose del legado de sus mayores, y por tanto,
sea su guardián y custodio, evitando el deterioro consciente de
esos testimonios del pasado.
Se entiende por patrimonio histórico aquellos testimonios materiales del pasado
que revisten importancia histórica. Así antiguos edificios (iglesias,
fortificaciones, cascos de estancias, teatros, casonas) que se destacan por
su antigüedad, representatividad de un estilo arquitectónico o vinculación con
un episodio de nuestra historia merecen ser salvaguardados para conocimiento
de las generaciones presentes y futuras.
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Día del Patrimonio Histórico
por Consejo Editorial
El pasado 14 de octubre se celebró en nuestro país el Día del Patrimonio
Histórico, motivo para que todos reflexionemos sobre los valores históricos
y culturales a preservar.
Debemos tener en cuenta que nos referimos a un bien común, algo que nos pertenece
a todos, y por tanto, nos obliga a cuidar y mantener para que las generaciones
futuras lo puedan apreciar y disfrutar.
En un país como el Uruguay, con una historia de pocos cientos de años, se hace
imperiosa la necesidad de que la gente reconozca y valore su pasado, enorgulleciéndose
del legado de sus mayores, y por tanto, sea su guardián y custodio, evitando
el deterioro consciente de esos testimonios del pasado.
Iglesia de San Carlos Borromeo. Es uno de los templos coloniales
más antiguo del Uruguay. Fue inaugurado en 1792 y diseñado en estilo
románico del siglo IV, con planta de cruz latina. Tres arcadas en el frente
culminan en dos torres.
Deterioro este que puede ser provocado a veces por un “graffiti” (lo que aparte
de dar muestras de abandono y falta de respeto es también un elemento muy agresivo
para el soporte sobre el cual se aplica), o por negligencia y desidia, cuando vemos
como a nuestros ojos se deterioran lentamente obras del pasado faltas de la
más mínima atención y cuidado (una simple limpieza puede ser suficiente).
En esto debemos aceptar todos nuestra responsabilidad, el Estado y los ciudadanos
tenemos la obligación de ser celosos guardianes de nuestro pasado.
Países con una historia mucho más extensa en el tiempo se han preocupado por cuidar
y valorar su pasado, conscientes de que es ese pasado es el que da sentido de unidad
a una sociedad. En ese sentido se han rescatado del olvido ejemplos notables
de su historia.
Escuela Ramírez, 1877.
Países que sufrieron las terribles consecuencias de una guerra
tuvieron la fuerza y entereza de rescatar de las ruinas aquellos elementos
más característicos, parte de su historia y del orgullo nacional.
Razones estas más que poderosas para que nos esforcemos más aún en el cuidado
y atención de nuestro patrimonio, obras que implicaron el esfuerzo de muchas
personas, y a veces en lapsos muy prolongados en el tiempo, que merecen de
nosotros el mayor de los respetos y todo nuestro esfuerzo para su cuidado y
valoración.
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