|
Edgardo Ribeiro recuerda así su primer encuentro, en 1945,con quien fuera,
luego, su alumno y gran amigo: “Tenía una mirada dulce y tímida a la vez,
me tendió la mano, y dijo: -Me llamo Amaral- hizo una breve pausa y
agregó: -Wilson Amaral- Cuando logró levantar la mirada prosiguió: - Yo
pinto algo. Pero lo hago muy mal, y me gustaría estudiar con
Usted”.
|
|
Recordando a Wilson Amaral
"Yo pinto algo. Pero lo hago muy mal..."
por José Stagnaro
Conversamos con el plástico Fernando Amaral recordando vida
y obra de su padre Wilson Amaral, fallecido en 1990.En el taller de
Fernando cuelgan algunas pinturas de la década del 50 que inmediatamente
recuerdan el paisajismo constructivo del maestro de Wilson, Edgardo Ribeiro (a
su vez, alumno directo de Torres García).
La riqueza tonal, el esmero en la composición, y la paleta baja tan apreciada
por esa escuela está presente en la primera etapa de su obra. Justamente, en
1950 el Ministerio de Instrucción Pública le otorga una beca para viajar a
Europa.
"Paisaje", 1987. Oleo sobre lienzo. Wilson Amaral.
Había obtenido ya algunos premios importantes: 1947-Gran Premio Lavalleja; 1948-Premio
Intendencia de Montevideo; 1950-Premio Cámara de Representantes, organizado
por la Comisión Nacional de Bellas Artes).
Edgardo Ribeiro recuerda así su primer encuentro, en 1945,con quien fuera,
luego, su alumno y gran amigo: “Tenía una mirada dulce y tímida a la vez,
me tendió la mano, y dijo: -Me llamo Amaral- hizo una breve pausa y
agregó: -Wilson Amaral- Cuando logró levantar la mirada prosiguió: - Yo
pinto algo. Pero lo hago muy mal, y me gustaría estudiar con
Usted”.
"Paisaje, Cerro Pan de Azúcar", 1983. Oleo sobre lienzo. Wilson Amaral.
Nos interesa referir estos hechos, no sólo por la obvia influencia de
Ribeiro, sino porque toda la obra de Wilson Amaral esta marcada por la
humildad, el perfil bajo -se diría hoy-, relacionado con ese procedimiento
de Torres que materializaba la paleta baja de un sentimiento nacional, al
acercarse a la profundidad de las cosas y de los sentimientos por
el camino de la moderación.
Nos asombra un poco ver, también en Fernando, esos ocres, tierras, negros
y rojos, como si los últimos cincuenta años acelerados y contradictorios, no
hubieran tocado esa línea paterna, ni esa humildad tan uruguaya.
|
1 2
|