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Las Artes Plásticas, en tanto manifestaciones visuales,
tendrán su soporte lógico en la línea, y por consiguiente serán
pasibles de ser sometidas a la geometría como medio de control
y racionalización.
Cerámica Maya
Recipiente con decoración geométrica. 550-950 A.C.
Altura 10 cm, Diámetro 13 cm.
Joaquín Torres García
En su taller de Sarriá
(Barcelona) 1919.
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La geometría en el arte moderno
por Daniel Castro Alonso
La presencia de la geometría en el arte ha sido una constante desde los
albores de la humanidad, ya en las primeras manifestaciones expresivas de
la prehistoria, con el uso de signos lineales, en principio muy elementales,
las obras de arte de Cercano Oriente, las civilizaciones precolombinas de
América, el arte Gótico, por citar solo algunos ejemplos, o en las obras
abstractas del siglo XX.
No debemos olvidar que las Artes Plásticas, en tanto manifestaciones visuales,
tendrán su soporte lógico en la línea, y por consiguiente serán pasibles
de ser sometidas a la geometría como medio de control y racionalización
(se podría aplicar la sentencia platónica “no entre nadie que no sepa Geometría”).
En apoyo a esto, las corrientes filosóficas se han manifestado, en muchos casos,
a favor de esta postura. Pensadores como Descartes, Kant, Leibniz, etc.
han tomado la Geometría, entendida como orden espiritual y racional, como meta
y aspiración del intelecto humano, y la han usado como elemento estructurador
de su pensamiento.
El caso de Baruch d’Spinoza (1632-1677) es especialmente
paradigmático. Su “Ethica more geometrico demonstrata” pone en práctica el “método
matemático” hasta en su forma exterior. La Ethica demuestra sus proposiciones,
como la geometría de Euclides, mediante definiciones y axiomas, siguiendo un
camino racional estrictamente constructivo.
Ya en este siglo, las corrientes abstractas, con su uso más o menos intenso
de la geometría se plantean como manifestaciones de la “razón” –y por tanto
racionalistas- frente a las que dan más importancia a los aspectos expresivos
y oníricos como el Expresionismo o el Surrealismo, o incluso aquellas que
rechazan la forma como entidad organizada (aunque sin posibilidad de
soslayar la estructura geométrica, aún en los sistemas caóticos), tal el
Informalismo y la Pintura de Acción.
Pintura Constructiva, 1931 Oleo sobre lienzo, 75 x 55,2 cm.
Joaquín Torres García
En ese sentido, se ha creído ver una inspiración de menor vuelo o unas
posibilidades creativas más acotadas en tanto el artista somete su obra
al orden geométrico, racionalizando su propuesta.
Creemos que no es así, como nos lo demuestra Joaquín Torres García (1874-1949),
para quien la geometría era el elemento fundamental de las Artes Plásticas,
y a ella se debían someter los artistas, pero recordándonos que primero
era el acto creativo, luego la geometría corregía y ordenaba lo que el
artista había planeado.
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